Tener siempre tiempo para él, sacar tiempo para sus cosas, para preocuparte por él y que todo lo que le sucede sea lo más importante, acordarte de sus cosas, preguntarle por su día y por sus situaciones aunque realmente consideres que no son importantes pero se convierten en fundamentales solo porque él le da importancia, dejar lo que sea por pasar 5 minutos con él, pasarte los minutos y las horas pensando en organizar algo bonito para disfrutar con él, reinvertarte cada día que sales con él para estar más guapa, cambiar y mejorar porque le escuchas y superar tus miedos y sentirte amenazada por sus críticas y gestionarte ponerlas en práctica, asumir sus condiciones motivadas por su incapacidad de tomar las riendas de su vida, estar, siempre, ahí… aceptar que le llamas porque necesitas algo y pasa una hora y media y no obtienes respuesta porque otra persona llegó en ese momento pero si él te llama, insiste y tu estás porque lo que él necesite es importante y lo mejor, asumir que no se da cuenta de todo esto, que no lo valora y que además, montará en cólera cuando se lo diga porque tú llamas la atención si estás enferma pero puede estar rodeado de expertos manipuladores sin darse cuenta o dejándolo actuar porque su proceso es muy difícil y no ve quién realmente está ahí preocupándose de lo que le sucede a su corazón y su alma.

Y todo esto para que… ni siquiera tenga un hueco para escribirte buenos días o buenas noches, para que cuando organizas algo bonito en lugar de agradecerlo te diga que le organizas la vida y su tiempo, para que te des cuenta que no le motiva verte o buscar un minuto para estar contigo o que, pudiendo desayunar contigo prefiere hacerlo incluso con una persona que trabaja en su casa. Saber que no sonará el teléfono con un “voy para tu casa porque es sábado y no te he visto en días y me apetece sobre todas las cosas pasar la tarde contigo”, que no te pregunta por tu extremo volumen de trabajo, que le hablas de un nuevo cliente y cambia de tema, que no te pregunta jamás “¿qué te apetece hacer?” y además se excusa en que tu siempre se lo dices antes… y no ve que si no se lo dices, al final no hay ni plan, ni veros, ni nada, que volverá a su burbuja dañina que le hacía ser infeliz pero que le daba seguridad por lo que le reporta. Todo para seguir ahí y tener migajas de tiempo, de atención y de cariño. Y sí, por supuesto, hay detalles, y momentos mágicos y vuelves a convencerte de que tienes que apoyarle y que llegará el día que lo vea y lo valore, que esta situación terminará bien y la vida pondrá a cada uno en su lugar, y así es, y seguirás ahí apoyándole, pero en días en los que estás baja de ánimos, en los que estás incluso enferma y disimulando para que él no se distraiga, en días en los que te apetece pasear de su mano y no saldrá de él que le apetezca cogértela para dar ese paseo… todo cuesta más y lo peor, saber que puedes y debes siempre escuchar una y otra vez sus críticas para como mujer inteligente emocional ser mejor y progresar pero que no podrás decirle como te sientes porque para defenderse y no tener que asumir nada, montará en cólera y te culpará de todo. Porque tú eres la que llama la atención y no lo que le rodea y o él mismo, aunque que él lo haga te encanta porque te apasiona atenderle.

Y así es y así te sientes. Y seguramente con miedo de publicar estas palabras por posibles enfados cuando lo que más te gustaría es tener a un hombre valiente, emocionalmente inteligente que en cada línea entendiese cómo te sientes, que le preocupase, que le conmoviese. Y lo peor o quizás lo mejor es que sabes que él es así, que tiene todo eso de bueno en él pero que esa mierda que lo envuelve no desde que tu apareciste, sino desde toda su vida y de la que te culpa a ti, le tiene atragantado y está perdiendo los años más maravillosos de su vida y que tiene a su lado quien le agarra la mano y le apoya para que pueda hacer el camino. Sabes que jamás se ha sentido apoyado de forma desinteresada como ahora lo haces tu y por eso te quedas, por eso y por lo mucho que le quieres, pero en días como hoy… pues cuesta y es más difícil.

Pero de nuevo pasará, y te volverás a sentir mejor, recuperarás fuerzas y estarás ahí… aunque sigas añorando que salga ese hombre que sabes que él es y que le preocupe tu trabajo, te pregunte, se acuerde de tus cosas o saque un minuto de la nada para pasar a verte y darte un abrazo porque es lo que le aporta y no se relaja pensando que qué más da, si cuando él quiera y llame, estará ahí.

Date un paseo, airéate, eres una gran mujer, bella y con mucho potencial y le quieres y le apoyas, le entiendes y eres la persona que más le ha querido y le quiere en su vida (no la mujer, sino la persona y además ahora, sin miedo y más desinteresadamente que nunca) y seguirás ahí para él al menos, un poquito más. Regálate un paseo aunque estés mala, te hará bien, y por una vez, deja de ir a buscar y que te busquen… que también gusta, sienta bien y reconforta.

Y si, él seguramente es un hombre excepcional pero serlo, es también asumir una crítica, no culpar a los demás y asumir lo que es suyo, no creerse exento de todo y perfecto mientras los demás son los culpables. Un hombre excepcional es valiente para poner límites pero no solo a ti que es lo fácil sino a quien realmente le daña y maneja su vida que es lo difícil. Un hombre excepcional tiene empatía, generosidad y eso es preocuparse por lo que te pasa y sientes siendo inteligente emocional y sin montar en cólera porque no admite una crítica de alguien que le quiere pero que sufre y sobre todo eso, le importa que sufras y no huye hacia otro lado.

Y si, él trabaja mucho y tu le apoyas, le ayudas, le haces todo lo que puedes que necesite, le sigues, estás pendiente de sus triunfos y sus fracasos y los sientes más que si fuesen tuyos (y si algún día no saltas, él se enfada) pero… Y él, ¿ve tus cuadros que pintas, lo que escribes, te pregunta intensamente por tus reuniones, valora que tienes un trabajo, una empresa, una casa que mantener, una familia, unos amigos y que siempre, siempre tienes tiempo para él y sus cosas y seguirle para que sepa que él es importante para ti? Así que deja de sentirte mal, lo estás haciendo genial y si él no lo dice es porque le asusta sentir que él realmente, sigue culpándote por algo que él no es capaz de acometer y no tiene naaaaada que ver contigo.

Pd. Tranquila, has esperado para publicar a que él termine su gran día o momento (sea cual sea, quizás un partido de futbol o una importante reunión) para no distraerle y no llamar la atención. Porque piensas en él y su bienestar ante todo pero jamás, dejes de expresarte y menos por miedo, un hombre excepcional jamás lo permitiría ni querría a su lado una mujer sumisa, callada y anulada.