Escribir es lo que en muchas ocasiones, me ha salvado la vida. Plasmar lo que siento a través de palabras me ha hecho libre y me ha ayudado a poder gestionar emociones. Es, sin duda, mi mejor terapia.

Soy una persona normal, o quizás no tanto,  muy emocional pero sin ser consciente de ello… estaba entretenida en sobrevivir. Hace ya más de 7 años, un revés de la vida (ni mucho menos el más importante) decidí que algo en mi tenía que cambiar y comencé un camino que sin duda, me hace mejor. Elegí mirar hacia dentro y comenzar a ser responsable de todo lo que ocurre en mi vida y gestionar todo lo que pienso y siento.

Así con por una mínima excusa, llegué a la trastienda de mi vida, levanté la alfombra con valentía (que no sin miedo) y empecé a desempolvar y limpiar. No ha sido ni es fácil, al contrario, es duro pero la satisfacción conmigo misma cada día es mayor.

Este blog es mi espacio, el reflejo de todas esas libretas a medias que llenan las estanterías de mi hogar. Si, mi hogar, ahora es eso, que no es poco. Escribir siempre me ha ayudado, me ayuda y ahora, que el trabajo personal que estoy haciendo se centra en mi seguridad más allá de sentirme agredida por las opiniones de los demás, es mi momento de hacer público lo que siento.

No es un blog profesional, por más que me profesión sea escribir – paradójico que mi salvación sea mi pasión y mi profesión – para eso ya tengo otros espacios. No busco monetizar este lugar, ni hacer de él un sitio multitudinario, ni valorar el número de visitas… solo está creado por amor, ante todo, a mi misma, que es el más importante (y no es egoísta, eso lo se ahora, sino lo más generoso del mundo).

Siento lo que escribo, pero no de pedir perdón sino de vivirlo y sentir muy dentro cada palabra que se lea aquí. No son lecciones de vida, no soy quien para darlas. Son mi ejemplo, lo que a mi me sirve, lo que a mi me ayuda y lo que yo experimento. ¿Equivocada? Segúramente en muchísimas cosas y no dudéis el que desee en hacérmelo ver y enseñarme otra opción. Aprendí también que una crítica constructiva es lo mejor que me puede pasar para crecer.

 

Esta soy yo, la que escribe, la que se expresa… sin más.