Me encanta San Valentín

San Valentín. 14 de febrero. El día del amor. El día de El Corte Inglés.

Nombres y apodos todos los que queramos y más. El día de San Valentín, hoy, tiene tantos adeptos como detractores y tantas formas de vivirlo como personas en el mundo. Para los enamorados y felices es un día a celebrar. Para los que no lo están, se hace un poco más cuesta arriba porque el entorno les recuerda que el amor está ahí fuera y ellos no lo tienen. En los últimos años se ha convertido también en el día del “auto amor”… Qué de aristas para un mismo día.

Sea como sea, la base, el origen, es el mismo… EL AMOR. El amor de amistad, de pareja, de familia, hacia uno mismo… sea a quien sea y entre quien sea lo importante es la esencia, el amor.

Mi relación personal con el día 14 de febrero ha cambiado muchísimo en los últimos años. He pasado del odio más profundo en mi adolescencia y juventud a que me encante este día (y no porque esté en pareja feliz). Lo que ha cambiado en mi para que el día de San Valentín me parezca ilusionante y bonito es que he aprendido a querer.

Parece extraño porque todos deberíamos saber querer pero la verdad es que no es así y ya ni hablamos de lo de “querer bien” y de forma saludable. De eso, la inmensa mayoría, por una cosa u otra, estamos lejos.

Recuerdo en mis años de escuela secundaria y universidad como, literalmente, el día de San Valentín era mi día odiado y me convertía en un auténtico grinch. En el colegio, se instauró eso del buzón de cartas de amor y yo lo odiaba y lo sufría muchísimo. Todo el mundo se vestía con algo rojo pero yo, elegía lo que nunca vestía, el negro. Llegué incluso a dejar de ir al colegio ese día (no había problema, mi madre me lo permitía).

No podía. El Amor para mi era una corona de espinas porque me recordaba que yo no lo tenía, que lo buscaba en todos lados (familia, amigos, pareja) y no lo tenía sino que solo recibía rechazo. Supongo que lo que no veía era mi horrible relación conmigo misma, no me quería, no me aceptaba y todo pasaba porque siempre sentí que mi madre no me daba amor y mi vida se convirtió en una travesía por el desierto para conseguirlo.

¿Qué cambió para que me gustase el día de San Valentín?

Iba a decir que lo que pasó es que el amor de pareja apareció en mi vida pero no es eso porque antes, años atrás tuve una pareja que se portaba bien conmigo pero tampoco recuerdo que me importase el día de San Valentín.

Creo firmemente que lo que cambió en mi como para que me guste el día de San Valentín soy YO. Mi forma de entender el amor o mejor dicho, empezar a hacerlo. Mi forma de relacionarme y que por fin, dejé de perseguir a otros para que llenasen un espacio en mi corazón y me di cuenta de que nos quieran los demás mola muchísimo pero lo más importante es que nos queramos nosotros mismos.

A partir de entonces empecé a disfrutar y mucho de estar sola y ahora ya lo necesito en mi vida de forma imperante. Y ahora yo me quiero mucho más. A ratos me caigo mal eh, que no os creáis que lo tengo ya todo hecho o que soy tan guay que me quiero mil… a veces me daría de hostias a mi misma porque no hay quien me aguante pero esos instantes también me sirven para seguir trabajando sobre mi misma.

Cuando estaba en ese camino, en ese proceso de auto aceptarme (el auto amor viene muchísimo después), camino difícil porque no va de “oye, quiérete y ya” sino que hay que indagar mucho detrás sobre aspectos de familia, emocionales y demás (por favor, huid de coachs de librito que no tienen ni idea y que solo dicen los tips aprendidos en cursos online. Los aspectos emocionales deben ser tratados por un profesional de la sicología que pueda sostenernos cuando abrimos la caja de pandora)… Continúo – cuándo estaba en ese camino de empezar a sacar pieles y aceptarme a mi misma así como cambiar lo que hay que cambiar, apareció él.

Y él también hizo no que yo adore el día de San Valentín sino que crea en el amor, que aprenda a amar y lo vea todo diferente. ¿Él sabe amar y querer bien? Bueno, no exactamente pero él también está en su camino y juntos crecemos sea cual sea nuestro vínculo. Eso es lo guay.

Desde hace 6 años todo es diferente y el camino no está siendo fácil en todos los aspectos pero cada día quiero mejor. Ahora el amor me encanta. El amor en general. Tanto que me ha dado por los corazones y me los pongo en la ropa, en joyas… ¡Quién me ha visto y quién me ve!

¿Ñoña? Pues no sé, quizás pero ¿por qué huiremos de esto que es bonito? Por propia experiencia porque estamos en un momento de vida en el que el amor, duele y preferimos huir de él.

A mi me encanta San Valentín y es que me encanta que en la vida haya amor. Creo que así es todo más bonito, fácil y chulo. Por qué no decirlo así.

Amemos, amemos mucho y bien y si no sabemos, no pasa nada. Indaguemos en nosotros mismos qué ocurre, seamos valientes para trabajarlo y abrámonos a amar con toda la ilusión de la vida.

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Mi vida cambió desde que asumí la completa responsabilidad de mi vida, mis actos y todo lo que ocurre a mi alrededor y que me afecta. Intento no castigarme, racionalizar y cuando puedo, fluir. Ese, es mi objetivo. Además de esto, amo la comunicación, escribir y expresarme y ese, es mi trabajo desde mi impulso emprendedor de mi estudio de marketing y comunicación.

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